Las movilizaciones de marzo demostraron un descontento social creciente hacia las políticas gubernamentales, las acciones llevadas adelante en la capital, el interior e incluso fuera del país, recogieron reclamos de diversos sectores, entre ellos nuevos actores sociales, además de dejar claro un rechazo a las formas antidemocráticas con que el gobierno ejecuta su plan. A futuro podría presentarse un escenario de mayor movilización social, lo que respondería a la necesidad poner un freno a los avasallamientos que sufre la ciudadanía y a retornar a los principios democráticos.