La expresión política del campesinado

“Esta nuestra marcha es la expresión política del campesinado” arengaba desde el escenario un antiguo militante de la Federación Nacional Campesina mientras miles de sus compañeros ingresaban a la plaza de la democracia en pleno microcentro de la capital. La FNC realizó su 31 marcha nacional reclamando por tierra y defensa de la producción, al tiempo de posicionar un fuerte mensaje de rechazo a las prácticas y políticas del gobierno de Santiago Peña.
Con su característica disciplina los integrantes de la FNC marcharon desde el seminario metropolitano hasta el centro de Asunción, como una analogía de las penurias del campesinado durante el trayecto debieron superar las dificultades interpuestas por la fuerte lluvia y el agobiante calor húmedo de la capital en la mañana de hoy. En el camino recibieron también el apoyo de organizaciones fraternas que se acoplaron a la marcha con muestras de reconocimiento y solidaridad hacia el campesinado en lucha.
Sonia Acevedo, Secretaria General Adjunta de la Federación, destacó el compromiso de sus compañeros y la relevancia que tiene la presencia organizada del campesinado en la capital desde hace más de 31 años. “Esta marcha trae los gritos y reclamos campesinos, hace escuchar la voz de las mujeres del campo que luchan por la tierra y en defensa de la producción” señala, al tiempo de describir las realidades duras que vive actualmente el sector campesino; desalojos, abandono del Estado ante la crisis climática y la falta de precios y mercados para la producción campesina.
Los Pueblos Indígenas también estuvieron presentes durante la movilización, el Líder de la Comunidad Veraro, Eliodoro Martínez, desde el escenario destacó que los Pueblos Indígenas están siendo víctimas de una agresión contra sus territorios tradicionales donde el agronegocio busca avanzar en complicidad con las autoridades. Agradeció el acompañamiento de la FNC y llamó a luchar organizadamente en defensa de la tierra y el territorio.
El reclamo de tierra no es menor en un contexto de profundización de la violencia en el campo por parte del agronegocio y el Estado, sólo en lo que va del año se dieron, al menos, 9 ataques a comunidades rurales en el marco de la lucha por la tierra. EN coincidencia con esta situación destacaron por su presencia las comunidades que se encuentran en plena disputa por la tierra, como es el caso de Santa Librada, en Caazapa, y Toryvete, de Alto Paraná.
Durante el discurso central y la lectura del manifiesto, Marcial Gómez, Secretario General de la FNC, expresó los históricos reclamos campesinos, una Reforma Agraria que democratice la distribución de la tierra en un país que concentra el 85% de sus tierras productivas en manos del 2,5% de los propietarios, mientras unas 300 mil familias campesinas carecen de tierra. En ese sentido denunciaron que el gobierno, antes de avanzar en recuperar tierras para la reforma agraria, pretende legalizar el despojo de unos 8 millones de hectáreas de tierras malhabidas mediante la Ley del Registro Unificado Nacional.
“Alguna vez tenemos que cambiar este modelo productivo” insistió el referente campesino para exigir mayor apoyo a la producción nacional y a los productos de la agricultura campesina que puedan contribuir a la industrialización de materias primas, al tiempo de cuestionar los privilegios a los que acceden los latifundistas extranjeros y grandes productores de soja transgénica.
Además de denunciar las graves carencias que se viven en el campo en materia de salud y educación, los campesinos cuestionaron el aumento de la deuda pública y el desfinanciamiento del Ministerio de Agricultura y del Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT). Finalmente, la FNC fustigó lo que denominó prácticas autoritarias del sector que concentra el poder, en relación a Honor Colorado, y los abusos que cometen utilizando la justicia y las instituciones para privilegiar a sus aliados y perseguir a quienes se les oponen.
La Marcha de la FNC cerró una semana cargada de movilizaciones contra el gobierno en las que participaron decenas de organizaciones sociales y políticas y que muestran un amplio descontento social contra la agenda neoliberal impulsada por el gobierno de Santiago Peña.