El Pronunciamiento de Tuapurie, producto de dos días de deliberaciones y conversaciones colectivas, denuncia los megaproyectos en regiones indígenas, como los corredores eólicos en el Istmo de Tehuantepec que afectan a pueblos ikoot, ayuuk, zoque y binizá en Oaxaca y el territorio kumiai en Baja California, los gasoductos y regasificadoras costeras, la explotación minera, turística y de la biodiversidad en la sierra de Manantlán y en todo el país “que destruyen la madre tierra y la cultura de nuestros pueblos”. Se analizó la difícil situación de los pueblos por la represión y la criminalización de la lucha social, ligadas a las estrategias de seguridad del gobierno de Estados Unidos “para proteger sus intereses y los del capitalismo, asumidas incondicionalmente por el gobierno mexicano”.