Con tantos fantasmas de mala fama que recorren hoy México y América Latina, pasa desaperecibido un fantasma distinto que también recorre nuestras tierras: el de las victorias de los pueblos. Porque demasiado acostumbrados a las penurias y las denuncias –discursos de “combate a la pobreza extrema”, desastres sanitarios, mala educación-, se nos escapan las buenas noticias. Los pueblos, sus luchas de resistencia, sus autonomías, también la hacen.