Alguna vez, un ejecutivo de la corporación sostuvo, expresando un atroz narcisismo, que “ lo que es bueno para la General Motors es bueno para EE.UU.”. Análogamente se ha dicho, transitivamente, que “ lo que es bueno para EE.UU. es bueno para el mundo”. Con lo cual se ratifica en un plano todavía más amplio, más general, aquel ombliguismo, ya no empresario sino propiamente nacional, político-social