Los pueblos originarios, comunidades, tribus, municipios autónomos, son los que con organización y eficacia plantan cara a las violencias ilegales y legales, los despojos de narcos y las empresas extractivistas de la mano de policías, militares, paramilitares y hasta funcionarios de cualquier nivel. Desde 1990, aun con todo el sistema en contra, vienen articulando una conciencia y un discurso claro, apegado a la realidad, cargado de sabiduría ancestral y nueva en sus lenguas y códigos culturales, y de palabra y obra los traducen para todos los mexicanos.