Lo advirtió John Berger: el siglo XXI sería el de las grandes migraciones. Presenciamos la marcha forzada del sur hacia al norte. Por múltiples razones de peso, con los parias por delante, el mundo de las víctimas históricas, de las colonias cuyo saqueo y dominio cimentó la prosperidad de toda Europa y Norteamérica, hoy camina, navega, se cuela como puede al paraíso de la prosperidad ajena. Los condenados de la Tierra, sin expresarlo así, vienen a cobrar lo que les han venido robando y matando las metrópolis eurocéntricas desde fines del siglo XV.