No sólo las mujeres, pero muy principalmente ellas escriben y hablan este marzo de los avatares de los días en Ojarasca. Antes que se impusieran cuotas, modas y se conquistaran victorias de género, esta publicación ya era espejo de la mujer indígena de México y América. Esa que, poeta, activista, escritora, sanadora, fotógrafa, reportera, insurgente, artista, compañera, ha contribuido a levantar esta casa de la palabra originaria y acrecentar sus ecos en la dignidad rebelde de nuestras tierras.