Suplemento Ojarasca #299
No sólo las mujeres, pero muy principalmente ellas escriben y hablan este marzo de los avatares de los días en Ojarasca. Antes que se impusieran cuotas, modas y se conquistaran victorias de género, esta publicación ya era espejo de la mujer indígena de México y América. Esa que, poeta, activista, escritora, sanadora, fotógrafa, reportera, insurgente, artista, compañera, ha contribuido a levantar esta casa de la palabra originaria y acrecentar sus ecos en la dignidad rebelde de nuestras tierras.
UMBRAL #299 | Amanece en las jícaras
También en marzo es la palabra de las mujeres. En marzo, significativamente. Por esta vez el Umbral de Ojarasca se hace a un lado para reiterar un poema escrito hace 70 años por Rosario Castellanos, la adelantada no siempre reconocida, la verdadera fundadora del pensamiento crítico feminista en México, gran poeta y narradora que supo ver a los pueblos originarios con audaz empatía. Valga decir que tras el posterior despertar de los pueblos originarios y el gran salto de sus mujeres al centro de la vida comunitaria y de la lucha, el escrito adquiere, en su dulzura, una significación aún mayor.
Amanece en las jícaras y el aire que las toca se esparce como ebrio.
Tendrías que cantar para decir el nombre
de estas frutas, mejores que tus pechos.
Con reposo de hamaca
tu cintura camina
y llevas a sentarse entre las otras
una ignorante dignidad de isla.
Me quedaré a tu lado,
amiga,
hablando con la tierra
todo el día.
(“A la mujer que vende frutas en la plaza”, una de las “Invocaciones” de Rosario Castellanos en El Rescate del Mundo, 1952).
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Fuente: Suplemento Ojarasca, La Jornada