A lo largo de la historia que podemos contar, vemos que la invasión a las comunidades indígenas no ha disminuido, al contrario, va en aumento; sólo han cambiado las formas. En un principio llegó la cruz junto con la espada y fuimos aceptando poco a poco, sin darnos cuenta, la entrada de una cultura que nos domina, que nos impone sus leyes, sus costumbres, su educación y la explotación de los recursos naturales.