"El poder cree que ya puede lanzar el asalto final contra selvas, costas, ríos, sierras, lagos, valles, desiertos y comunidades, sobre todo comunidades, allí donde viven los pueblos del origen. Tal es el sentido de fondo de las reformas energéticas, educativas, fiscales y jurídicas de la brutal “modernización” de los neoliberales. Allanar el acceso a los constructores, extractores, taladores, depredadores que se llaman “inversionistas”, y sirven para “atraer capitales”, por encima del valor-mundo de la tierra misma como fuente de vida."