"El observar el cielo, leer el tiempo, hablar y rezar a los guardianes de las montañas, son de las cosas que se van aprendiendo desde la tradición oral, en las pláticas del fogón, donde nuestros abuelos nos cuentan lo que ellos sueñan y viven. Así, he comprendido que la vida está en un vínculo e interacción constante con la naturaleza, con la Madre Tierra. Como dicen mis abuelos; todo lo que existe en la faz de la tierra tiene vida, como las plantas, los animales y las montañas: tienen ch’ulel ".