"En las zonas rurales, entre los pueblos tradicionales, campesinos y de agricultores familiares, la soberanía alimentaria es una práctica ancestral, y así es comprensible la relevancia de sus saberes y el empoderamiento de las mujeres que laboran allí sosteniendo esas tradiciones. Su movilización (valorando las articulaciones en defensa del cuidado de la salud), el modo de seleccionar y preparar los alimentos condicionados al medio ambiente, reafirma dimensiones inmateriales que se extienden a la defensa del agua, del territorio y de los cuerpos femeninos, en interés de la humanidad".