Si a cualquier mortal se le ocurriera descartar 98 por ciento de la información que dispone sobre un objeto que está estudiando, uno lo tildaría, cuando menos, de obtuso. Pero definitivamente nadie en su sano juicio se basaría en sus conclusiones para producir objetos de uso y mucho menos alimentos. Sin embargo, éstas son las bases "científicas" sobre las que cinco trasnacionales que controlan los cultivos transgénicos a nivel mundial, con la colaboración de políticos ignorantes y mercaderes, los hacen llegar a la mesa de todos, usándonos como conejillos de indias