Como quien parte y reparte se lleva la mejor parte, los países repartidores de la globalización han asignado a los países del Tercer Mundo el rol de productores de pasta de papel. La peor parte: la deforestación y la contaminación se queda en sus países. La conversión de la pasta a papel, que es donde se incorpora valor añadido, es decir, los beneficios económicos de verdad, ya la hacemos aquí. Una nueva versión del saqueo de los 'carapálidas'