En estos días de magnas reuniones, con numerosos encuentros de las elites económicas, con ingeniosos planes políticos a su auxilio, ha pasado desapercibido un acontecimiento trascendental. En el extrarradio (pobre, enfermo y violento, pero siempre vitalista) de Maputo, Mozambique, el pasado 25 de octubre se cerró un acuerdo entre 600 mujeres y hombres campesinos que implican a centenares de millones de personas del planeta.