Desertificación, cambios de uso y extracción de nutrientes del suelo, grandes inundaciones, eliminación de los polinizadores, pérdida de bosques y montes nativos, disminución drástica de la diversidad biológica y genética, aguas subterráneas, rios, suelos y aire contaminados, alimentos envenenados, impactos negativos en el clima, afectaciones graves a la salud humana y delibitamiento del sistema inmunológico de la tierra y todos los seres que la habitan, son parte de las consecuencias de un modelo de agricultura que colapsó y no debe continuar con su derrotero ecocida.