"La forma como vienen ocurriendo de forma permanente y sistemática derrames petroleros e incidencias de otro tipo en la industria (que se unen a la absoluta desidia gubernamental ante la que ocurren la deforestación, minería ilegal, contaminación de cuerpos de agua, entre otros), unido a la desfachatez con la que se subestiman los impactos negativos que estos eventos producen, conforman no sólo una constante que pone en riesgo la vida de los ecosistemas y el provecho humano que de ellos se obtiene, sino también revelan que nos encontramos ante un marco de impunidad socio-ambiental que, además se está agudizando en los tiempos de pandemia".