Gustavo Duch Guillot

Panfleto para la DesCivilización

"Que no encontremos Esperanza no significa que no exista. Decía John Berger que para construir una historia se requiere misterio, curiosidad y una respuesta, al menos parcial. Entre todas las narrativas que vengan a descentrarnos defiendo el sendero que nos acerca hacia lo Salvaje, hacia la Naturaleza, hacia la Casa que, siendo un viaje hacia un paisaje anterior, tiene mucho de novedoso. Recuperar o inventar epopeyas de sociedades ancladas en lo vivo, a la tierra, como las sociedades rurales que con sus paradigmas antisistema (campesinización, comunidad, autolimitación, sobriedad, …) supieron encontrar el cómo ser Parte en un Todo".

Panfleto para la DesCivilización

CiudadesVacuna

Observad la fotografía adjunta; estamos en una de las primeras “ciudades vacuna” levantadas en China, concretamente sobre la montaña Yaji, al sur del país. Las vistas que ofrecen estos edificios deben de ser magníficas, ahí en la cima de la montaña “sagrada”, y es que sus promotores ofrecen exclusividad y muchas garantías para evitar cualquier tipo de epidemia, de estas que ahora nos acorralan.

CiudadesVacuna

El colapso de la soja

"Venimos insistiendo en la necesidad de transformar nuestro consumo alimentario y nuestro modelo de producción; se hace mucha política respecto a la necesidad de cambiar la matriz energética para buscar las menos contaminantes; pero si no nos preguntamos, como dice el informe, para qué y para quién necesitamos tanta energía solo cambiaremos una deforestación por otra. Una desaparición por otra. Una pandemia por otra. Una injusticia por otra".

El colapso de la soja

- Foto de PIKIST.

Tres países en el mundo producen el 80% de los 353 millones de toneladas anuales de soja: EE.UU., Brasil y Argentina. En América Latina la expansión de este cultivo provoca el desplazamiento forzado de miles de familias y la devastación del ecosistema.

Las fábricas de la soja

Los trenes de la soja

A primeros de agosto vi pasar uno de ellos. Son los trenes de la soja. Una locomotora arrastrando 17 vagones similares a una tolva gigante. Por lo que he leído, dicen que cuentan con capacidad para transportar unas 900 toneladas de harina de soja, lo que equivale a unos 35 camiones de los grandes. Seguramente ya los había visto en otras ocasiones, porque de un tiempo a esta parte son muy habituales, pero no había tomado conciencia.

Los trenes de la soja

¿El origen del coronavirus? Los cuatro monocultivos del apocalipsis

El origen del coronavirus tiene una estrecha relación con las fórmulas de agricultura y ganadería industrial de la actualidad; concretamente por la expansión de los monocultivos (vegetales y animales) que provocan la destrucción de la biodiversidad en la naturaleza posibilitando la aparición, incremento y virulencia de nuevas zoonosis. Aunque el virus es microscópico, propongo un viaje planetario —sin romper el confinamiento— que nos puede ayudar a reconocer con nuestros propios ojos esta contundente afirmación. Es importante interiorizarlo para evitar un futuro entre pandemias.

¿El origen del coronavirus? Los cuatro monocultivos del apocalipsis

Pacificar la agricultura

"Tenemos que detener la guerra que la agricultura internacional tiene establecida con la Naturaleza. 'En las guerras no gana nadie, todos pierden´, decía Miguel Delibes, como estamos viviendo dada la relación entre la pandemia y los monocultivos. Una bandera blanca y un nuevo diccionario agrícola es necesario para dejar paso 'a una agricultura basada en la diversidad y la descentralización´ que, como explica Vandana Shiva, 'es una agricultura favorable a la naturaleza. Los monocultivos y los monopolios simbolizan una masculinización de la agricultura´.

Pacificar la agricultura

De saltamontes a langosta

En el patio de vecinos escuché una conversación de ventana a ventana en la que se preguntaban, “si a simple vista se pudieran ver los virus, ¿qué veríamos?” Un ejercicio interesante, pensé, y que quise descifrar. Mentalmente aumenté el tamaño del virus hasta que alcanzó los seis o siete centímetros de largo, que lo pudiera coger con la mano. Y entendí lo espantoso que sería ver millones de bichos volando unos junto a los otros, a modo de enjambres gigantescos que, estornudo a estornudo, avanzarían a gran velocidad. A esa proporción, serían unas nubes víricas de varios kilómetros cuadrados avanzando cien o doscientos kilómetros cada día. En mi cabeza había transformado la pandemia en una plaga de langostas.

De saltamontes a langosta