"En Taiwán, que sufre una de sus peores sequías de los últimos cincuenta años, han tenido que decidir entre dedicar el agua para el riego de sus cultivos básicos, como el arroz, o emplearla en la industria de semiconductores. —Y no hay color —han dicho los dirigentes, y se ha suspendido el riego de 74.000 hectáreas de tierra agrícola para abastecer a estas empresas de la tecnología que consumen unas 60.000 toneladas de agua al día".