Hasta hace bien poco, mi sensación era diferente. Sentía entonces que la sociedad, si bien mostraba cierto interés por la cuestión del cambio climático, era más bien un interés, digamos, "científico". Es o no cierto lo del cambio climático, por qué o cuáles son las razones, eran las preguntas más frecuentes y durante estos años han recibido respuestas clarificadoras: sí, hay cambio climático, evidentemente, y el origen no es más que un terrible comportamiento de quienes nos llamamos seres humanos. En cambio, decía, en los últimos meses, con estas preguntas ya resueltas, las nuevas que surgen nacen de la preocupación. ¿Cuándo sentiremos con gravedad los efectos? ¿A qué lugares afectará más? ¿Podremos, o cómo podremos, adaptarnos a la nueva situación? ¿Será más difícil la producción de alimentos?