La asociación de ‘minería’ con ‘desarrollo’ constituye, qué duda cabe, uno de los ‘argumentos’ predilectos del discurso oficial minero, esto es, el discurso que sostienen los cómplices y partícipes del gran negociado minero: entre otros, mercaderes del conocimiento que circulan impunemente entre lo público y lo privado, funcionarios ‘desprevenidos’ y/o inescrupulosos, y comerciantes diversos del rubro.