"Ningún candidato se atreve a barruntar planes y proyectos que verdaderamente favorezcan y hagan justicia a los pueblos originarios. Prefieren, si bien nos va, el desarrollismo, del que ningún candidato presidencial puede prescindir. Las diferencias, en la práctica de las comunidades, son de mero matiz. Las zonas económicas especiales, los transgénicos, las expropiaciones territoriales para extracción o construcción, la mercantilización extrema de las relaciones sociales a través del consumo, la preeminencia de la propiedad privada y el interés financiero."