Con notable sincronía, el viernes 24 el Congreso del estado aprobó por unanimidad una “ley de desalojos” que se presenta como “humanitaria”, pero inevitable, pues los desahucios continuarán, según indica el espíritu del nuevo reglamento y la realidad cotidiana de Chiapas. Simultáneamente, los administradores priístas de Agua Azul, municipio de Tumbalá, convertidos en “guardias forestales”, exigieron al gobierno el desalojo de los “invasores” zapatistas, sin decir que se refieren a la comunidad Bolon Ajaw.