Imagínese robots diminutos, demasiado pequeños aún para ser vistos en un microscopio, navegando por su flujo sanguíneo, matando microbios dañinos y células cancerosas; imagíneselos ahora fuera de su cuerpo fabricando, átomo por átomo, productos más versátiles, resistentes y duraderos que cualquier cosa conocida hoy día; imagine que la tecnología en que se basan estos robots revoluciona de manera drástica y sin precedentes los campos de la manufactura, la inteligencia artificial, la producción y procesamiento de alimentos, y hasta el viaje en el espacio. Imagine ahora estas maquinitas fabricando copias de sí mismas, las cuales crean más copias de sí mismas, y así… ¿indefinidamente? Bienvenidos al mundo de la nanotecnología