Salud

La abogada del colectivo que impulsa una ley para prohibir las fumigaciones aéreas y limitar el uso de agrotóxicos apuntó a los "intereses" y denunció que el gobernador nunca los recibió. "No hay respuestas", dijo Victoria Dunda.

Los países de América Latina hicieron un llamado para realizar esfuerzos de coordinación global que permita la sustitución gradual mundial de los plaguicidas altamente peligrosos en las declaraciones iniciales del primero de tres días de la reunión internacional para discutir los avances del convenio voluntario sobre sustancias químicas, conocido por sus siglas en inglés como SAICM [1]

La América Latina es donde el uso de trangenicos y pesticidas crece de manera más acelerada y descontrolada en el planeta. Las empresas transnacionales dictan las reglas y los gobiernos hacen la vista gorda a los daños.

Los alumnos de la escuela rural Nº 44 República Argentina, de Santa Anita (Departamento Uruguay), Entre Ríos se intoxicaron este jueves 4 de diciembre poco después del mediodía cuando una avioneta comenzó a fumigar en un campo aledaño.

Carlos Manessi, vicepresidente del Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat) lamentó la pérdida de estado parlamentario de la Ley para frenar el uso de agrotóxicos en fumigaciones aéreas y explicó que enviaron un recurso administrativo al gobernador Bonfatti “para que sepa y participe activamente, la gente debe saber que es tremendo lo que pasa con las escuelas que están en medio de la soja y están siendo fumigadas”

Así se refirió en la Radio Pública, el Dr. Damián Verseñazi, responsable académico de la Cátedra Salud SocioAmbiental de la Facultad de Medicina de la UNR, consultado por el estudio epidemiológico realizado en la provincia de Santa Fe. Sorprende el incremento de las enfermedades endócrinas, respiratorias y cáncer en el corazón productivo sojero.

Un estudio epidemiológico publicado en la revista Organic Systems en el volumen 2 de noviembre de 2014 reveló un “significativo incremento en la incidencia y prevalencia de 22 enfermedades crónicas con el uso del herbicida glifosato en los últimos 20 años, en Estados Unidos como en todo el mundo”.

Escuché que enfermedades tan graves como la malaria o el dengue eran causadas por la pobreza, y siempre que lo escuché sentí que quien lo decía nos mandaba un mensaje caritativo, ‘ayudemos a esta pobre gente, a que su miseria o falta de higiene no les lleve a condiciones que les enferman’. En cambio, difícilmente escuché que explicaran quiénes y porqué causaron tales pobrezas.