Avanza la siembra ilegal de palma aceitera (o “palma africana”) en el Norte de Colombia, en las regiones cercanas al Darién -nombrado, por quienes la pretenden como la “mejor esquina de América” por su riqueza en biodiversidad-, zonas de Urabá y el Bajo Atrato, que comprenden municipios de los departamentos de Antioquia y Chocó. Las comunidades afectadas por el monocultivo denuncian la invasión de sus tierras, daños ambientales y graves violaciones de los derechos humanos como masacres, asesinatos, desapariciones, torturas y desplazamiento forzado