El posdesarrollo logró mostrar que el discurso práctico del desarrollo conllevaba la exclusión de los conocimientos, las experiencias y las preocupaciones de aquellos que, en teoría, iban a ser los beneficiarios principales de las supuestas ventajas del desarrollo –las mujeres, las comunidades campesinas, los pueblos indígenas, los pobres de Asia, África y América Latina–, al tiempo que ocultaba el deterioro ecológico y social ocasionado por la ideología productivista/ consumista y la dinámica mercantilizadora del capitalismo.