Nuevas periferias: geografías del malestar
Son numerosos los síntomas que apuntan a que se está conformando una nueva geografía social. Uno de ellos es la segunda oleada de despoblación a la que asistimos. En este siglo los flujos de población en las sociedades occidentales no se ajustan al patrón de éxodo rural que caracterizó los procesos de modernización de las sociedades industriales.
En la actualidad la pérdida de población ha dejado de ser exclusivamente un fenómeno rural y alcanza también a las capitales de provincia y de comarca, cuyos habitantes emigran hacia los grandes centros urbanos. El éxodo rural de la segunda mitad del siglo XX ha dado paso en el siglo XXI al éxodo urbano de la población más cualificada hacia las ciudades globales. Esta segunda oleada de emigración está protagonizada en nuestro país por decenas de miles de jóvenes que abandonan las zonas urbanas del interior y del norte de la península en búsqueda de oportunidades laborales y educativas.
Un estudio reciente muestra estos desequilibrios.
1. El caso que mejor lo ilustra es el de Castilla y León, donde cuatro de cada diez jóvenes con estudios terciarios residen en otra comunidad autónoma.
2. El destino principal de estos jóvenes con altos niveles de estudios es predominantemente la Comunidad de Madrid, donde el 29% de los universitarios de entre 25 y 39 años han nacido en otra región.
3. Esta emigración –jóvenes con un nivel educativo superior al de sus paisanos coetáneos que no emigran– no sólo refleja diferencias en las oportunidades laborales entre los diferentes territorios, sino que las asienta en el marco de una división espacial del trabajo que se agudiza al mismo tiempo que lo hacen los desequilibrios demográficos. En efecto, la comunidad de Madrid, principal polo de atracción poblacional, presenta los mayores porcentajes de empleo en los sectores más dinámicos. En el sector digital, el 40% de los puestos de trabajo de mayor nivel tecnológico creados en España durante la última década se han localizado en esa comunidad, de manera que el 8,2% de la población asalariada madrileña trabaja en el sector de la alta tecnología, porcentaje que iguala al de Londres y que sitúa a Madrid en el top 10 del continente.
4. Algo similar se podría decir para la actividades vinculadas a las finanzas, la otra pata que caracteriza al capitalismo que emerge en la actualidad. En lo que se refiere a los desequilibrios demográficos, la otra cara de la concentración de los jóvenes altamente cualificados en las grandes ciudades es la existencia de casi dos mil municipios españoles (el 25% del total) con una actividad económica y profesional declinante en los que hay más jubilados que trabajadores.
5. Estos movimientos poblacionales no representan más que el síntoma de una dinámica más profunda. La fractura social en los tiempos de la globalización encuentra una correlación con las desigualdades territoriales en todos los planos: entre la zona rural y el mundo urbano, entre regiones, entre los diferentes municipios que conforman los grandes centros metropolitanos y entre los barrios de cada uno de los municipios. Surgen por todos lados las periferias, aquellos territorios relegados, subalternos o directamente ignorados que contrastan con aquellos otros plenamente integrados en la economía global. Como periferias de un centro, representan la otra cara de la misma moneda y sólo son visibles como sombras de las zonas iluminadas. Surgen del desmembramiento y de la pérdida de cohesión de lo que hasta hace poco constituía, al menos en Occidente, una realidad articulada.
- Para descargar el documento completo (PDF), haga clic en el siguiente enlace: