"Se hace necesario pensar colectivamente en un proyecto de país soberano que, en primer lugar, cuestione, investigue y deje de pagar la deuda ilegítima e ilegal. Que promueva al mismo tiempo un modelo de producción agroecológico, sin venenos, basado en la agricultura familiar, con mercados de cercanía y en la explotación racional de nuestros bienes comunes, respetando los derechos de la naturaleza".
Deterioro de la salud socio-ambiental y deuda externa: las dos caras de la moneda