Reflexionar desde abajo, con horizonte, con perspectiva, las condiciones que pesan como losa para los pueblos, los hizo entender que cualquier desarrollo y bienestar auténticos pasa centralmente por fortalecer sus estructuras internas, comunitarias, autogestionarias, por ejercer soluciones propias, formas más justas de gobierno. Cualquier respuesta compleja pasa por el control de sus territorios. Sin este anclaje a su territorio propio, que es sobre todo el tramado de relaciones que les han permitido sobrevivir como pueblos, que le dan coordenadas a su ser en el mundo, cualquier otra respuesta viene a mellar lo que han sido y lo que han decidido seguir siendo