Las comunidades que siguen creando la vida con muchos materiales heredados por nuestros abuelos más primeros, como la lengua maya, van perdiendo dos aspectos importantes que muchos pasan desapercibidos, primero la conciencia de cada palabra, de cada voz, de cada pensamiento que nació maya, de una mujer y de un hombre maya; segundo, los sonidos nacidos mayas que sirven para sobrevivir en la comunicación básica en el trajín diario de la cocina, la casa, la milpa, los temas comunes entre otros, van cediendo terreno a la lengua dominante que se ha encargado de derrumbar primero los significados más profundos de las palabras originarias para convertirlas en sonidos que comunican su sentido colonial y dominante.