"Motivos para oponerse al trigo transgénico sobran: se profundiza el modelo del agronegocio; se aumentará el uso del herbicida glufosinato de amonio, que ya se aplica en otros cultivos como la soja (y que tiene mayor toxicidad que el glifosato); los restos de herbicidas podrán formar parte de manera directa del pan, un alimento básico y esencial del pueblo; podrá cultivarse en zonas marginales, con lo que se agravaría el proceso de agriculturización, profundizando el deterioro y la desertificación de los suelos y se podrá contaminar (por polinización en el cultivo o por mezcla en los procesos de comercialización) el resto de la producción de trigo no transgénico. Por todo esto, es claro que el gol es en contra de la soberanía alimentaria".