En nuestro país el cultivo de granos y oleaginosas se sustenta en la aplicación de agroquímicos. Desde la utilización sistemática de biocidas químicos en los cultivos genéticamente modificados (GM) de maíz, soja y algodón, se fue introduciendo y naturalizando su uso en otros cultivos. Hoy se aplican en grandes cantidades también sobre sembradíos de tomate, arroz, caña de azúcar, yerba mate, frutas de todo tipo, cebada y lúpulo cervecero e incluso en viñedos.