El avance sobre las tierras indígenas ha crecido durante el gobierno de Jair Bolsonaro y pone en jaque la cultura, la economía y las formas de vida de las comunidades. En el Congreso existen numerosos proyectos de ley que afectan la ocupación tradicional indígena y responden a las necesidades del extractivismo. A su vez, la presencia de garimpos en los territorios propaga la malaria y el Covid-19, lo cual pone en jaque un sistema de salud que no tiene suficiente capacidad de respuesta. La amenaza de un posible genocidio está latente.