Pescanova, en España, una de las mayores multinacionales de la pesca industrial (en México cuenta con la filial Novaocéano), ha sido el primer caso que me llevó a plantear, con pocos fundamentos y sólo vagas intuiciones, la tesis –hay quien dice que estrambótica– que advierte que muchas de las grandes corporaciones de la agricultura y la alimentación global e industrializada irán cayendo una tras otra. Los forenses, buscando los porqués, dictaminan como causa de la muerte un colapso financiero, aunque las cifras de venta de la empresa apenas hayan sufrido rasguños.