Cuentan las crónicas de los conquistadores del siglo XVI que cuando las tropas españolas invadieron las tierras que hoy forman el continente americano, antes de atacar militarmente a los pueblos originarios buscaban conferenciar con ellos para convencerlos de la imposibilidad de salir triunfantes en una confrontación bélica. Si los conquistadores lograban someter a los dueños de las tierras ahí terminaba el problema, pero si la resistencia de aquellos era fuerte, entraban en acción los militares y si no era suficiente, lo hacía la iglesia, para convencerlos del pecado de oponerse a la voluntad divina, por el cual podían ser duramente castigados. Ahora los mecanismos de despojo son más refinados