ES SORPRENDENTE la unanimidad que reina respecto al fracaso de la política ecológica del presidente colombiano, Álvaro Uribe Vélez. Hay quienes discrepan y desaprueban casi todo lo que hace Uribe y quienes elogian algunas de sus actuaciones. Pero todos coinciden en el desastre, o más bien, la inexistencia de su política ecológica