Si bien la UE está comprometida con las emisiones netas cero, el enfoque predominante depende de mantener la expansión capitalista, lo que plantea dudas sobre la viabilidad de una verdadera transición verde. El esfuerzo enfrenta complejidades, en particular en el contexto de la competencia global y el imperativo de asegurar materias primas esenciales, haciendo hincapié en los modelos de producción extractivos.