La mancha de petróleo en el Golfo de México abarca miles de kilómetros cuadrados sin que nada la pueda frenar y amenaza con infligir un daño irreparable a los preciados manglares de Luisiana, a arrecifes únicos pletóricos de crustáceos y moluscos y bancos de peces que dan trabajo a decenas de miles de personas, así como a otros ecosistemas entre los más ricos e importantes de Estados Unidos