Ana Cristina Ramos y Patricia Mayorga

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“Es una destrucción total, eso es lo que va a pasar”, pronostica el presidente seccional, Manuel Velázquez Villanueva. A un lado de la oficina municipal, él y su esposa atienden un pequeño puesto de comida, desde donde ven pasar cada día decenas de camiones y pick up diariamente. El ruido no cesa. Y tampoco los lamentos del hombre: “Ya no hay tierras, ya no pueden sembrar a la redonda, está terminado todo y la tierrita que hay, ya no hay quien la trabaje, porque antes los chavos trabajaban, pero ahora están en la mina”.

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