La soberanía alimentaria es la única solución al caos climático en África
En las décadas venideras, la crisis climática generará más frecuentes y severos golpes al suministro global de alimentos, haciendo que los países que dependen de las importaciones entren en riesgo conforme los precios de los alimentos se disparen o haya escasez. África está particularmente en riesgo, debido a que su población crece del mismo modo que sus carteras de importación. Un nuevo informe de GRAIN muestra por qué se requieren con urgencia acciones en todo el continente que reivindiquen los sistemas alimentarios locales y reviertan la dependencia creciente en las importaciones de cereales y otros alimentos básicos.
El informe descubre que, por desgracia, los gobiernos y los donantes han desperdiciado los últimos diez años en políticas y programas fallidos que apoyan a los agronegocios corporativos. No sólo no han podido reducir las importaciones africanas de alimentos ni han podido ayudar a los campesinos a adaptarse al cambiante clima, sino que respaldan a las corporaciones agroindustriales y alimentarias que son responsables de inundar África con materias primas agrícolas excedentarias y de provocar muchas de las emisiones mundiales de gases con efecto de invernadero.
Los campesinos, los pescadores artesanales y los pastoralistas africanos ya desarrollan sus propios métodos agroecológicos para mitigar los efectos y construir resiliencia contra los extremos climáticos. El informe encuentra que con facilidad podrían alimentar a todo el continente, aun enfrentados a la creciente crisis climática. Pero no pueden hacerlo cuando sus tierras, sus bosques, sus semillas y sus poblaciones de peces son acaparados por las corporaciones, y cuando sus gobiernos, bajo la presión de potencias extranjeras, implementan leyes, regulaciones y acuerdos comerciales amigables con las empresas que sabotean la producción y los mercados locales, y que promueven que se incremente el calentamiento local.
El informe de GRAIN llama a los movimientos en pos de la justicia climática y a los productores africanos de alimentos a que con urgencia unan fuerzas para eliminar la dependencia que África tiene de las importaciones de alimentos. Tiene que concretarse la soberanía alimentaria en todo el continente. Llama también a una transformación profunda de los sistemas alimentarios fuera de África que puedan lograr rápidas y profundas reducciones en las emisiones de gases con efecto de invernadero —alejándose de un modelo que favorece la producción industrializada de mercancías de exportación baratas, a un modelo basado en la producción agroecológica y los sistemas alimentarios locales.
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Fuente: GRAIN