Agronegocios, militarización y los patriotas con corona
Los recientes acontecimientos que derivaron en el asesinato de dos niñas por parte de las Fuerzas de Tarea Conjunta (FTC) llaman a una profunda reflexión respecto al verdadero rol que cumple la militarización en los territorios del norte del país. Los datos muestran que desde el surgimiento de la FTC, el modelo extractivista se ha afianzado en dichas zonas acrecentándose la sojización de los territorios y la extranjerización de tierras.
Las FTC fueron creadas bajo el gobierno de Horacio Cartes, en el año 2013, desde entonces han recibido alrededor de 50 millones de dólares del presupuesto público, sin mayores resultados en el ámbito de la seguridad y con serios cuestionamientos en su accionar respecto a la violación permanente de Derechos Humanos en que han incurrido desde su creación. Un monitoreo del Servicio de Paz y Justicia había registrado, para el 2019, al menos 37 violaciones de Derechos Humanos por parte de las FTC en el Norte.
La militarización se ha dado en territorios con mayor capacidad de resistencia y organización comunitaria campesina para hacer frente al avance del modelo de agronegocios. Indicio de esto son los datos señalados en el Informe Con la Soja al Cuello 2019 que muestran que estos Departamentos han sido donde mayor cantidad de hectáreas de tierra se han ocupado por parte de las organizaciones en la última década, la mayoría de estas ocupaciones buscan garantizar el acceso a la tierra o recuperar tierras otorgadas irregularmente a personas no sujetas de la Reforma Agraria.
La militarización y criminalización aplicada en los territorios de la zona norte ha estado acompañada de un afianzamiento del modelo de agronegocios, en los tres Departamentos de actuación de la FTC la sojización se ha expandido, creciendo en torno a 27 mil hectáreas en total entre la zafra 2013/2014 y la zafra 2017/2018. Fenómeno contrario ocurre con la cantidad de hectáreas destinadas a la Agricultura Campesina, que se ha reducido a unas 5 mil hectáreas en los territorios mencionados. Además, en los tres departamentos, la agricultura, principalmente la agricultura intensiva, ocupan casi 3.5 millones de hectáreas, mayormente bajo control de grandes propietarios y destinado a satisfacer el mercado externo.
Otro tema destacable, hoy que se ha puesto sobre la mesa el tema del “patriotismo”, es el proceso de extranjerización del territorio, al respecto la investigadora Lorena Izá Pereira señala “el Estado paraguayo siempre impulsó y apoyó la extranjerización de su territorio, pero nunca tanto como en los últimos cinco años, a través de políticas de atracción de empresas y criminalización de los movimientos sociales. Lo que hay en común en estos ciclos de extranjerización, es la necesidad de expansión del capital regional que converge en el avance de la frontera agrícola hacia Paraguay, lo que nos muestra la dimensión geopolítica de la extranjerización del territorio paraguayo”. La extranjerización está fuertemente ligada al modelo de agronegocios, según datos relevados por la propia investigadora, alrededor de 35% del territorio agrícola del Paraguay está en manos extranjeras [i].
Son 291 propiedades las que están en manos de empresas extranjeras en el país, la gran mayoría bajo dominio de capitales brasileños, de éstas 29 – el 10% del total- se encuentran en los territorios militarizados. En muchos casos la apropiación extranjera de los territorios nacionales se da en violación a la legislación nacional particularmente del Estatuto Agrario y de la ley de Seguridad Fronteriza, sin que esto signifique ninguna crítica por parte de los gremios del Agronegocio.
Mientras algunos gremios y voceros del agronegocio pretenden constituirse en ejemplo de patriotismo, los datos muestran con absoluta claridad que el modelo extractivista que impulsan, y que se sostiene mediante la violencia y la criminalización, afecta de forma directa a los intereses nacionales y a campesinos y campesinas paraguayas.
Referencia:
[i] Con la Soja al Cuello 2018 http://www.baseis.org.py/wp-content/uploads/2018/11/2018Nov_ConLaSojaAlCuello-2018.pdf