Internacional

Este boletín fue planificado mucho antes de que estallara la pandemia del Coronavirus (COVID-19). Su objetivo es resaltar y advertir sobre la marcada tendencia a expandir las llamadas Áreas Protegidas, y los riesgos que esto conlleva, tanto para los bosques como para quienes dependen de ellos. La idea de conservar los bosques y la biodiversidad es un objetivo muy noble. Entonces, ¿cuál es el problema con el modelo de conservación que regula las Áreas Protegidas existentes, y con los planes para expandirlas?

La crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto la magnitud de la injusticia que viven lxs campesinos, lxs trabajadores y lxs pobres a manos de los gobiernos. Todxs ellxs forman parte de grupos expuestos a un abandono y a una indiferencia deplorables y las medidas de apoyo han sido insuficientes y, además, han llegado tarde. Varios miembros de La Vía Campesina publicaron declaraciones resaltando el nivel de precariedad de la situación de los campesinos y de los trabajadores migrantes alrededor del mundo.

El costo humano de la crisis climática golpeará más fuerte, más amplio y más pronto de lo que se creía, según un estudio que muestra que mil millones de personas serán desplazadas o forzadas a soportar un calor insufrible por cada aumento adicional de 1°C en la temperatura global.

La profundidad de la crisis que estamos viviendo es innegable. Los diagnósticos son numerosos y señalan hacia una crisis del capitalismo, crisis financiera, crisis ecológica y climática, crisis sanitaria, crisis de las instituciones globales, entre otros modos de comprenderla. 

A pretexto de “salvar a economia e os empregos”, governos socorrem grandes corporações e bancos que quebraram, por especular demais. Muito melhor seria abandoná-los — resgatando o planeta e as chances de transformar a sociedade.

La debacle causada por la pandemia de Covid-19 ha devastado economías nacionales, multiplicado el desempleo, la marginación, el hambre y la pobreza y la crisis o quiebra de empresas de todos los tamaños. Pero algunas compañías y algunos de los más ricos del mundo han ganado en grande con esta pandemia.

"A economia de mercado, criada pelo ocidente e difundida por todo o planeta cria condições favoráveis ao surgimento de doenças contagiosas e a sua expansão. Pelo menos a indústria, o comércio e os serviços necessitam de concentrações humanas para a produção e o consumo. Mas as concentrações favorecem a disseminação de doenças. A economia de mercado vive um dilema: cria concentrações humanas que facilitam a eclosão e a propagação de epidemias. Para combatê-las, as autoridades desaconselham ou proíbem as concentrações, o que leva a profundas recessões econômicas. É ilustrativo notar que os epicentros da economia capitalista mundial foram também os epicentros da pandemia".

No esforço por repensar o mundo, é preciso olhar ao campo. Ali há um sistema de produção cooperativo e sustentável. Subestimado inclusive pelo marxismo ortodoxo, está sendo redescoberto. Será uma das bases para o pós-capitalismo.