Covid-19 ¿escape de laboratorio?
La pandemia de Covid19 parece interminable y sigue expandiéndose. A la fecha, hay más de 14 millones de contagios confirmados a nivel global y más de 600.000 muertes en el mundo, liderada en número y letalidad por Estados Unidos, Chile y Brasil, cuyos gobiernos han mostrado particular desprecio hacia medidas de prevención que interfiera en los negocios de las empresas. Es la pandemia con mayores impactos negativos en un siglo -en salud, economías, aumento de pobreza, hambre y desigualdad, implantación de regímenes de control ciudadano, etc.
El sistema alimentario y agropecuario industrial tiene un rol clave en el surgimiento y difusión de nuevas enfermedades de origen zoonótico. Como menciono en un artículo anterior, es un contexto que permanece y que está gestando la próxima pandemia. Grandes instalaciones de cría industrial avícola, porcícola y bovina han dado origen a epidemias como la gripe aviar y porcina. Además, el sistema agrícola en totalidad es uno de los principales factores de deforestación y destrucción de hábitats naturales, lo cual empuja a animales silvestres a salir de ellos, rompiendo el equilibrio de los virus que antes estaban contenidos en poblaciones silvestres, como murciélagos.
El origen del SARS-CoV2, el coronavirus que provocó la pandemia de Covid19, sigue en debate en todo el mundo. No obstante, hay acuerdo de que los ancestros más cercanos a este virus provienen de murciélagos. En pocos meses, se han publicado más de 23.000 artículos científicos diferentes aspectos de este virus –lo cual ha creado incluso un debate sobre la validez de los mecanismos de validación y los artículos en sí mismo. Un buen número de ellos se dedican a analizar los orígenes del virus y sus formas y cadenas de trasmisión.
Algunos investigadores, como el premio Nobel de Medicina francés Luc Montagnier, coordinador del equipo que develó el virus VIH, han esbozado la teoría de que el SARS-CoV2 podría ser un virus que ha sido manipulado en un laboratorio. Montagnier lo afirmó por considerar que algunas secuencias de las proteínas S (spike proteins) o proteínas de punta del SARS-CoV2, son muy similares a las de VIH y que no podrían estar allí naturalmente. Sugirió que quizá estaban haciendo investigaciones de laboratorio para vacunas y podría haber habido un escape accidental. Aclaró que no tuvo acceso al virus para su análisis, sino que se basó en las secuencias e información publicadas por un investigador chino en el sitio BioRkiv, donde se publican trabajos científicos que aún están pendientes de revisión por pares. Ese artículo fue posteriormente retirado por el autor, al parecer voluntariamente, por las críticas que recibió, entre ellas que las secuencias del VIH, aunque similares, no eran iguales.
Ni esta ni ninguna de las hipótesis sobre el origen y diseminación del SARS-CoV2 antes de su anuncio público en noviembre 2019 está confirmada. No obstante, la posibilidad de la manipulación y/o escape, volvió a poner sobre la mesa una alerta sobre la existencia de laboratorios donde se investiga en manipulación genética de virus y su replicación, incluso en formas de modificarlos para que aumenten su potencial patogénico o puedan infectar más fácilmente a humanos. Esto claramente tiene potencial de arma biológica, pero los laboratorios que trabajan en este tipo de investigación, como los de la Defensa en Estados Unidos, argumentan que es para defenderse en caso de ataques.
En cualquier caso, nadie sostiene que el SARS-CoV2 haya sido creado para su uso como arma biológica, pero hay investigadores que plantean seriamente la hipótesis de que puede haber sido un escape accidental, probablemente del laboratorio de Shi Zhengli, del Instituto de Virología de Wuhan (IVW), China.
La doctora Shi Zhengli demostró en 2005 que el SARS tenía su origen en murciélagos y se convirtió en una referencia mundial en el tema. Su equipo trabaja en investigación de virus zoonóticos, particularmente de murciélagos, desde hace más de una década. Ha tenido colaboración con investigadores de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos y de CSIRO en Australia, pero sobre todo, contaba confinanciación multianual de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos a través de la organización EcoHealth Alliance. Esta organización reúne a representantes de algunas agencias de ONU, de universidades, empresas y grandes ONGs conservacionistas, entre otras. Recibe fondos gubernamentales, pero también de corporaciones trasnacionales farmacéuticas, de agronegocios y de la Fundación Bill y Melinda Gates, entre otras. Supuestamente trabaja en la “preparación ante pandemias”.
En 2014, el laboratorio de Shi recibió una renovación de apoyo de los INS de Estados Unidos para trabajar específicamente en los virus SARS -CoV colectados en el Sur de China y para investigar sobre las vías de infección a humanos. Este apoyo finalizaría en junio de 2020, pero el gobierno lo canceló en abril de este año, cuando la relación de Estados Unidos con el laboratorio de virología de Wuhan se hizo pública. El tipo de investigación que estaban realizando allí, en colaboración EU-China, es altamente riesgosa según la opinión de expertos, ya que se trata de experimentar la optimización de rutas de contagio a animales y humanos, con virus SARS -CoV potencialmente letales. Supuestamente para comprender como actúa el virus y cómo se podría controlar.
El virólogo Jonathan Latham y la bióloga Alice Wilson, con una larga trayectoria de investigación, analizaron la secuencia de hechos y publicaron el 15 de julio 2020 un artículo en Independent Science News, un sitio de divulgación científica crítica. Discuten las principales teorías sobre los orígenes del virus, con una abundante lista de fuentes y referencias, y plantean una hipótesis basada en un escape accidental, que explicaría por qué el virus se adaptó tan rápidamente para contagiar a humanos, pero no ha seguido mutando.
En forma resumida, la hipótesis de Latham-Wilson, es que el antecedente más cercano al virus del SARS-CoV2 proviene de murciélagos que estaban en una mina en la provinica de Yunnan, China, donde en 2012, varios trabajadores de la mina se contagiaron de una enfermedad pulmonar atípica que también afectó otros órganos. Si hubieran descripto los síntomas hoy en día, todos pensarían que es Covid. Luego de sufrir la enfermedad por un largo período, tres de ellos murieron. Ese período, en el contexto de una debilidad en pulmones y sistema inmunológico de los mineros, por sus actividades laborales, habría permitido al virus mutar para adaptar las formas de contagio a humanos. El caso fue extraño y por ello motivó su análisis detallado en una tesis de maestría del médico que los atendió, que no ha sido mayormente divulgada, pero fue recuperada y traducida por Latham-Wilson.
En 2012/2013, investigadores del laboratorio de Shi Zhengli, del Instituto de Virología de Wuhan recogieron muestras de la mina donde trabajaban esos mineros y también muestras de sangre de los mineros enfermos. Esas muestras fueron enviadas a Wuhan, pero el laboratorio con nivel máximo de bioseguridad (BS4) solamente estuvo funcional en 2018. Desde 2014, el Instituto recibía el apoyo mencionado anteriormente, por parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, para procesar justamente estos virus. Anthony Fauci, coordinador de Trump en la pandemia, es director de uno de los INS: el Instituto de Alergias y enfermedades infecciosas, tema directamente relacionado a la investigación en Wuhan.
Latham-Wilson plantean que la adaptación a los humanos habría ocurrido antes de que comenzara la epidemia, luego pandemia, la cual se detectó una vez que el virus ya había mutado para hacerse altamente infeccioso en humanos. Esta adaptación podría haber sucedido desde el hospital donde atendieron a los mineros y/o en el laboratorio donde se recibieron y explicaría por qué el virus, aunque ha mutado, no ha cambiado la estructura principal que le permite infectar a varias órganos humanos.
En Wuhan hay dos laboratorios que trabajan en virología con murciélagos, y ambos podrían haber recibido muestras de virus SARS-CoV de la mina Yunnan. El segundo está a solamente 300 metros del mercado de animales de Wuhan. Sin embargo, el Centro de Control de Enfermedades de China, recientemente descartó que el origen haya sido en el mercado, porque ya se ha comprobado que al menos 19 personas infectadas con SARS-CoV2 al principio, no habían tenido ningún contacto con tal mercado. Es posible, que la vía de contagio hubiera sido al revés, es decir, del laboratorio al mercado.
Todo esto no es óbice que para la EcoHealth Alliance, además de negar que haya habido un escape de laboratorio (pero sin argumentos, solamente lo niegan cada vez que sale el tema), se haya enfocado, con gran despliegue mediático, en que el tema clave es la cancelación de los mercados tradicionales y la prohibición del comercio de animales silvestres. Si bien, en muchos casos, como el comercio y cría industrial, esto es razonable, la campaña de esta Alianza sobre todo ataca las formas tradicionales, que son importantes para la subsistencia de las comunidades.
Se cierra así otra cadena de falsedades sobre los hechos del Covid19: se culpabiliza a las comunidades, en lugar de a las verdaderas causas de las pandemias. Sea un escape de laboratorio, con o sin intervención directa de mutaciones en animales de criadero (esta vez), todas las causas para las nuevas pandemias, siguen intocadas y gestando nuevas amenazas.
Fuente: Desinformémonos