Victorias en Bolivia detienen al capitalismo depredador: MST
La mercantilización de la vida concentra tierras y riqueza, domina procesos locales agrarios reemplazándolos por modelos insostenibles y destructivos, y compromete la soberanía de las naciones, afirmó Jaime, del Movimiento Sin Tierra. “Entendemos que la lucha por la tierra, la lucha por el agua, la lucha por la vida debe ir de la mano con la lucha por un modelo agrario que garantice soberanía en producción alimentaria, así como la soberanía de las naciones
“No tenemos otra alternativa que salvar nuestra tierra, nuestro medio ambiente y nuestra agua”, comentó Jaime, del Movimiento sin Tierra (MST) de Brasil, refiriéndose al capitalismo como un “depredador histórico de los recursos naturales de la tierra”.
Durante el VI Foro Social en Venezuela, panelistas de Bolivia, Uruguay, Venezuela y Brasil debatieron temas clave como la privatización del agua, los problemas planteados por la nanotecnología, el proyecto de patentar el genoma humano y la insostenibilidad del actual modelo agrícola.
Oscar Oliviera de la Coalición Coordinadora por el Agua y la Vida, en Bolivia, habló de dos victorias precedentes en su país. “En 1999, por primera vez en el mundo, grupos indígenas en Bolivia se unieron y expulsaron una corporación transnacional que estaba intentando privatizar nuestra agua. Ellos lograron su triunfo estableciendo en el congreso una ley que garantiza el agua como un derecho colectivo”. Más recientemente, una segunda victoria fue conseguida. Según Oliviera, Bechtel, la corporación española expulsada en 1999, y Edison, la corporación italiana que compró la mitad de una de las compañías de Bechtels (International Water Ltd.), llevaron su caso a un tribunal secreto y trataron de obtener 25 millones de dólares de la gente de Cochabamba, como compensación por el capital perdido durante los anos en que fueron expulsados. Oliviera anotó, “Fueron las organizaciones sociales y las bocas de gente como tú, quienes divulgaron la audacia de estas corporaciones transnacionales que estaban tratando de extraer dinero de gente tan empobrecida como nosotros.
“Gracias a los movimientos sociales, la semana pasada estas dos corporaciones firmaron un acuerdo afirmando que no seguirían adelante con el pleito legal. Esta es la primera vez en el mundo que corporaciones transnacionales han sido detenidas de un procedimiento en un caso de tribunal“.
La privatización del agua continúa siendo un tema de presión en otras partes de Bolivia y alrededor del mundo. En El Alto, Bolivia, por ejemplo, el agua fue privatizada en 1997 cuando el Banco Mundial puso esto como condición para un préstamo al gobierno boliviano. Grupos reclaman que Suez, la compañía francesa dueña del agua en El Alto ha subido los precios un 35% y el precio de conexión del servicio de agua para nuevas familias es ahora $445, lo que representa más de seis meses de ingresos al valor del salario mínimo nacional. Más allá de eso, los abogados del tema del agua y el gobierno de Bolivia confirmaron que Suez, cuya minoría de accionistas incluye una rama del Banco Mundial, ha dejado más de 200,000 personas sin posibilidad de acceso al agua.
Mientras muchas luchas ganadas en el tema del agua permanecen victoriosas, otras están manteniendo una mirada cercana a los impactos de las crecientes inversiones de las corporaciones en tecnologías que están cambiando la naturaleza fundamental de la vida.
Para Silvia Ribeiro, una investigadora del Grupo de Acción en Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC) de Uruguay, la nanotecnología, el proceso que cambia formas de vida a nivel atómico, “plantea problemas científicos más grandes que los alimentos modificados genéticamente”. Ella enfatizó que “estos productos pueden entrar en los organismos sin que sean detectados por el sistema inmunológico. Actualmente hay más de 700 productos de este tipo en el mercado con partículas modificadas atómicamente. Estas partículas jamás habían estado en nuestro medio ambiente, nunca habían estado dentro de nuestro cuerpos, y están siendo producidas por compañías farmacéuticas y por agroindustrias sin regulación apropiada”. Su organización está haciendo una observación permanente al proyecto del genoma humano, y reportó que el Departamento de Patentes de los Estados Unidos ya ha recibido más de 3 millones de solicitudes de patentes y estima que en pocos meses el 20% del proyecto de genoma humano habrá sido patentado. “Esto es ridículo” afirmó Ribeiro, “cada día más y mas sectores están siendo privatizados; no solo el agua y las semillas sino también los genes”.
La mercantilización de la vida concentra tierras y riqueza, domina procesos locales agrarios reemplazándolos por modelos insostenibles y destructivos, y compromete la soberanía de las naciones, afirmó Jaime, del Movimiento Sin Tierra. “Entendemos que la lucha por la tierra, la lucha por el agua, la lucha por la vida debe ir de la mano con la lucha por un modelo agrario que garantice soberanía en producción alimentaria, así como la soberanía de las naciones. La gente local es la que tiene que decidir que producir, como producir y porqué producir”. El concluyó con un sentimiento compartido por todos los panelistas y que resonó con la audiencia.
“Cuando permanezcamos juntos contra las fuerzas que destruyen la vida, cuando globalicemos la lucha y cuando globalicemos la esperanza, entonces, construiremos un mundo para todos”.
Fiona Meyer Cook/Minga Informativa/RIDELC
Traducción Juan Diego Díaz