Unidad, contra todas las injusticias
La 28ª Marcha Campesina inundó en la mañana del jueves las calles de la capital. La histórica movilización reunió, tras varios años, a las principales organizaciones campesinas del país en una convocatoria unitaria. Con la masiva presencia de campesinos e indígenas se levantó temporalmente la Lucha Prolongada colocando en el horizonte futuras movilizaciones por un Programa de Emergencia Nacional.
Partiendo del Seminario Metropolitano, como cada año, la voz de lucha y de protesta de miles de campesinas y campesinos retumbó por toda la capital. La movilización denunció las injusticias que se padecen en el campo, como los desalojos, que solo en el año 2021 afectaron a más de cinco mil compatriotas, problemática que se profundiza con la llamada Ley de Criminalización bajo la cual más de 50 dirigentes campesinos e indígenas que luchan por la tierra fueron imputados en los últimos meses exponiéndose a más de 10 años de prisión.
La falta de una política de apoyo y promoción de la Agricultura Campesina fue otra de las denuncias expresadas por los voceros de la movilización. Tras tres años de duras sequías la producción campesina, responsable de entre el 15 y el 48% de lo que consumen las familias paraguayas, se ve muy afectada por la crisis climática; en este marco, tras la multitudinaria marcha el Senado aprobó una propuesta de Ley que declara en emergencia por sequía a todo el territorio nacional.
Tras llegar a la Plaza Oleary, donde durante semanas las organizaciones mantuvieron un campamento, se realizó el cierre de la Marcha. El discurso central estuvo a cargo de Teodolina Villalba, Secretaria General de la Federación Nacional Campesina.
En su alocución destacó los sacrificios, la valentía y el patriotismo de quienes participaron de las movilizaciones y resaltó el rol de todas las organizaciones por apostar a la construcción de la unidad.
Villalba denunció también otras graves situaciones como la falta de salud, educación y empleo que afectan a la población. Agregó que las mujeres han sido las más golpeadas por la crisis y la pandemia: «miles de mujeres quedaron sin trabajo, afectadas por la falta de salud, la violencia y el feminicidio», mencionó.
Respecto a la situación en el campo indicó que el modelo sojero «destruye el medio ambiente con la deforestación y el monocultivo, el uso masivo de agrotóxicos, canalización de humedales y ríos, entre otros, cuyas consecuencias fueron un calor insoportable que sufrimos y las sequías». En el mismo sentido denunció el acelerado proceso de extranjerización de la tierra que se vive en el país.
En el ámbito político denunció las prácticas «corruptas y mafiosas» que se dan en los tres poderes del Estado, además de cuestionar la criminalización y el asistencialismo que son las únicas políticas que se ejecutan en el campo, según mencionó. En ese sentido hizo un llamado a no votar a los responsables de esta situación en las próximas elecciones y a elegir verdaderos representantes del pueblo.
Finalmente las organizaciones campesinas e indígenas anunciaron un «cuarto intermedio a esta lucha prolongada para volver con más fuerza a luchar con todo por un programa de emergencia nacional».
Fuente: BASE Investigaciones Sociales