Se consolida la fusión de Bayer y Monsanto
La apuesta de Bayer al hacerse con Monsanto es profundizar en el área de biotecnología invirtiendo millones de dólares en la edición genética de cultivos. En lo inmediato la fusión de Bayer y Monsanto golpeará al Cono Sur de América con nuevos agrotóxicos “dado que el modelo de soja resistente al glifosato ha fracasado, se va a reemplazar el glifosato por nuevos agrotóxicos más potentes, más peligrosos y agresivos para las comunidades” dijo a nuestra página Carlos Vicente.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos aprobó días atrás que Bayer compre por 62.500 millones de dólares la totalidad de las acciones de la multinacional Monsanto. Con esto Bayer se convierte ahora en la principal corporación dedicada al agronegocio a escala global. Con la decisión del ente norteamericano la fusión queda consolidada tras recibir el apoyo de los principales mercados.
“La recepción de la aprobación del Departamento de Justicia nos acerca a nuestro objetivo de crear una empresa líder en agricultura” dijo el ejecutivo de Bayer, Werner Baumann, según la nota de prensa emitida por la corporación donde celebran la decisión y agregan que Bayer se convertirá en el único accionista de Monsanto Company en aproximadamente dos meses.
El investigador y especialista argentino Carlos Vicente, en declaraciones a BASE-IS indicó que esta fusión implica la consolidación de la concentración corporativa que existe a nivel mundial de las semillas y los agrotóxicos, “ hoy con la fusión de Dupont y Dow que formó la megacorporación Corteva Agriscience, la compra de Syngenta por parte de ChemChina, mas la compra de Monsanto por Bayer implica que tres corporaciones controlan el 60% del mercado mundial de semillas y de agrotóxicos dejando en vulnerabilidad la soberanía alimentaria de los pueblos” sentenció el activista.
Carlos Vicente, farmacéutico y miembro del Grupo Biodiversidad, profundizó en el análisis señalando que esta fusión tendrá graves repercusiones para los pequeños productores “los agricultores, campesinos y pueblos originarios van a sufrir la profundización de la agresión que viene ocurriendo a partir del avance del agronegocio. Esta fusión implica mayor territorio ocupado por el agronegocio, más hectáreas cubiertas de soja”.
En América Latina existen al menos 54 millones de hectáreas cubiertas de soja, prácticamente en su totalidad estos cultivos son transgénicos y sus semillas y paquetes tecnológicos son manejados por las grandes corporaciones citadas anteriormente. El modelo de agronegocios se ha expandido de la mano de las grandes empresas por todo el continente en los últimos veinte años, dejando graves consecuencias sociales, económicas y ambientales, denunciadas permanentemente por diversas organizaciones campesinas y ambientalistas (ver aquí).
La apuesta de Bayer al hacerse con Monsanto es profundizar en el área de biotecnología invirtiendo millones de dólares en la edición genética de cultivos. En lo inmediato la fusión de Bayer y Monsanto golpeará al Cono Sur de América con nuevos agrotóxicos “dado que el modelo de soja resistente al glifosato ha fracasado, se va a reemplazar el glifosato por nuevos agrotóxicos más potentes, más peligrosos y agresivos para las comunidades” dijo a nuestra página Carlos Vicente y añadió que con esto se agudizará la violencia que sufren los pueblos fumigados y mayores consecuencias como “más cáncer, más nacimientos con malformaciones, más abortos espontáneos”.
En Paraguay se estima que al menos un millón de campesinos han sido desplazados por los cultivos de soja en solo una década, situaciones similares se repiten en Brasil, Argentina y Uruguay; según el experto, las megafusiones no traen nada bueno en este sentido y asegura que como consecuencia de las mismas se profundizarán las expulsiones de comunidades campesinas “las corporaciones claramente lo que quieren son territorios liberados, sin gente, para poder hacer monocultivos, las comunidades van a seguir siendo desplazadas”.
El escenario político tampoco es alentador respecto a la posibilidad de poner límites al avance de las megacorporaciones del agronegocio en el sur del continente, Carlos Vicente señala que durante los gobiernos progresistas hubo tibios intentos de ponerle límites a los gigantes del agronegocio, sin embargo “con el avance de los gobiernos de derecha esta situación se hace mucho mas crítica porque directamente quienes manejan los Ministerios de Agricultura son los representantes del agronegocio dándoles todo el poder para que sigan avanzando en esto que no solo tiene impacto sobre las comunidades campesinas sino que también un dramático impacto en la alimentación de nuestros pueblos” concluyó.