México: Se permite el uso de plaguicidas altamente tóxicos
En la comunidad de Hopelchén, al oriente de Campeche, donde la apicultura es una práctica ancestral que sobrevive a pesar de la deforestación y ahora la aplicación de plaguicidas altamente tóxicos en los cultivos, que en los últimos años ha matado a miles de abejas, informó el campesino Jorge Pech.
Los plaguicidas, insecticidas y todas aquellas sustancia fabricadas en laboratorios y usados para combatir las plagas de los cultivos, están matando todos los seres vivos que se encuentran a su paso, desde plantas, animales hasta los seres humanos. Es el caso de la comunidad de Hopelchén, al oriente de Campeche, donde la apicultura es una práctica ancestral que sobrevive a pesar de la deforestación y ahora la aplicación de plaguicidas altamente tóxicos en los cultivos, que en los últimos años ha matado a miles de abejas, informó el campesino Jorge Pech.
Estos químicos, que son vendidos a nivel comercial, son destinados a provocar un daño fisiológico y la muerte de un organismo vivo. “Los organismo vivos, que identificamos como plagas, nosotros compartimos mecanismos biológicos similares, y estos químicos también pueden causar daños a los seres humanos, incluso la muerte”, manifestó Fernando Bejarano, coordinador de RAPAM, A.C, Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México, durante el Foro de Análisis sobre el Uso de Plaguicidas en yucatán.
Los efectos de la plaguicidas usados en cultivos, pueden ser a corto plazo con síntomas como mareos, dolor de cabeza, calambres, hasta provocar la muerte. Algunas enfermedades pueden tardar varios años en presentarse, como lo la leucemia y otros tipos de cáncer. “Estos plaguicidas comúnmente provocan malformaciones, abortos espontáneos o alteraciones hormonales que podrían desarrollar en las personas otros tipos de cáncer, daños neurológicos y por supuesto daños ambientales”, refirió el coordinador de Rapam.
Estas sustancias, además de ser altamente tóxicas, pueden tardar muchos años en degradarse y permanecen en el ambiente varios años; incluso al degradarse pueden ser más tóxicos que el ingrediente original y otros se pueden acumular, quiere decir que la cantidad que se libera en el ambiente, se concentra en los tejidos de otros seres vivos, informó Bejarano.
El Hopelchén, por ejemplo, narró Jorge Pech, aplicaron plaguicidas a un cultivo de chile habanero, matando a cientos de abejas, sin que el empresario responsable de la fumigación y las entidades gubernamentales como La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y el Ministerio Público, se hicieran responsables por la muerte de las abejas.
Esta situación ocurrió en mayo y abril, además en el 2013, la multinacional Monsanto asesinó a más de mil 500 abejas con la aplicación de agroquímicos en la fumigación de 2 mil hectáreas de cultivos de maíz transgénico, causando la muerte de las abejas polinizadoras para miel.
Ante este desastre, los campesinos acudieron ante Sagarpa para que realizara algunos estudios que determinara la causa de la muerte de tantas abejas, no obstante la institución no informó sobre los resultados, ha puesto muchas trabas incluso para realizarlos. “Sagarpa nos dijo que si los resultados arrojaban que las abejas murieron por muerte natural, nosotros teníamos que pagar los análisis”, manifestó Pech.
El campesino señaló también que ante la denuncia en los medios de comunicación de la situación, el empresario durante una reunión, les manifestó que él era muy poderoso y que tenía mucho dinero, a lo que los campesinos respondieron que ellos no querían dinero. “Es una situación muy triste, porque nadie se quiere hacer responsable por esto, pero nosotros vamos a seguir denunciando y luchando para que las abejas no sigan muriendo”.
Según informó Fernando Bejarano, actualmente hay una discusión a nivel mundial sobre ir o no eliminando los plaguicidas altamente tóxicos. “Más de 90 de los plaguicidas usados en México, están prohibidos en muchos países y su daño es potencialmente fuerte, pero las políticas del gobierno mexicano ha sido tolerar esta situación e imponiendo riesgos en la población”.
A nivel mundial, las organizaciones sociales que se oponen al uso de estos agrotóxicos, cada vez aumentan más, para Rapam, la organización a nivel local es muy importante para informar a la población de los efectos de estos químicos y poder realizar diagnósticos participativos para que la gente sepa que usar en sus cultivos.
Fuente: DesInformémonos