Lucharemos contra los megaproyectos «hasta morir si es preciso»: EZLN
A 26 años de haberse levantado en armas en el sureste del país, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) reafirmó la lucha de los pueblos indígenas contra los megaproyectos promovidos por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y aseguró que defenderán a la tierra «hasta morir si es preciso».
«Ni el capataz ni el mandón lo dicen claro que esos megaproyectos van a sembrar la muerte por donde caminan», señaló el EZLN en referencia a proyectos como el Tren Maya, el Proyecto Integral Morelos y el Corredor Transístmico.
De igual forma, criticó el proceso de consulta que llevó a cabo el gobierno federal para la aprobación del Tren Maya en la Península de Yucatán, sobre el cual indicó que se trató de «una simulación».
«Hace pocas semanas hizo otra simulación de una supuesta consulta donde sólo informó que hay muchas cosas buenas de los megaproyectos, pero no dijo de todas las desgracias que traen esos megaproyectos para la gente y para la naturaleza», expresó el EZLN.
A continuación el comunicado completo:
Palabras del comité clandestino revolucionario indígena-comandancia general del ezln, en la voz del subcomandante insurgente moisés, en el 26 aniversario del inicio de la guerra contra el olvido.
31 de diciembre del 2019.
primero de enero del 2020.
Buenas tardes, días, noches y madrugadas a todas, todos y todoas:
Compañeras y compañeros bases de apoyo zapatistas:
Compañeros y compañeras comandantas y comandantes zapatistas:
Autoridades autónomas zapatistas:
Compañeras y compañeros milicianos, milicianas, insurgentas e insurgentes:
Congreso nacional indígena-concejo indígena de gobierno:
Sexta nacional e internacional:
Redes de resistencia y rebeldía:
Hermanas y hermanos de méxico y el mundo:
Por mi voz habla la voz del ejército zapatista de liberación nacional.
“Canek dijo:
En un libro leí que allá por los tiempos viejos, los señores quisieron juntar ejércitos para defender las tierras que gobernaban.
Primero convocaron a los hombres más crueles porque suponían que éstos estaban familiarizados con la sangre; y así concertaron sus ejércitos entre las gentes de las prisiones y de los rastros.
Pero a poco sucedió que cuando estas gentes se vieron frente al enemigo, empalidecieron y arrojaron las armas.
Pensaron entonces en los más fuertes: en los canteros y en los mineros.
A éstos les dieron armaduras y armas pesadas.
De este modo fueron despachados para pelear.
Mas sucedió que la sola presencia del contrario puso flaqueza en sus brazos y desmayo en sus corazones.
Acudieron después, con buen consejo, a los que, sin ser sanguinarios ni fuertes, fueran de coraje y tuvieran algo que defender en justicia: tales como la tierra en que trabajan, la mujer con que duermen y los hijos con cuyas gracias se recrean.
Fue así como, llegada la ocasión, estos hombres lucharon con tanta furia que dispersaron a sus contrarios y para siempre se vieron libres de sus amenazas y discordias.”
Hermanas, hermanos, hermanoas:
Hace 26 años, en una tarde como ésta, bajamos de nuestras montañas a las grandes ciudades para desafiar al poderoso.
No teníamos entonces más que nuestra muerte.
Una muerte doble, porque moríamos de muerte y moríamos de olvido.
Y tuvimos que elegir.
Elegir entre morirnos como animales o morirnos como seres humanos que luchan por la vida.
Amaneció entonces ese primero de enero con el fuego en nuestras manos.
El mandón que entonces enfrentamos era el mismo que hoy nos desprecia.
Tenía otro nombre y otra cara, pero era y es el mismo de ahora.
Pasó entonces lo que pasó y se abrió un espacio para la palabra.
Abrimos entonces nuestro corazón al corazón hermano y compañero.
Y nuestra voz encontró apoyo y consuelo en todos los colores del mundo de abajo.
El mandón hizo trampa, hizo su maña, mintió y siguió su plan para destruirnos.
Igual que hace el mandón de ahora.
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Pero resistimos y mantuvimos en alto la bandera de nuestra rebeldía.
Con la ayuda de todos los colores de todo el mundo empezamos a levantar un proyecto de vida en estas montañas.
Perseguidos por la fuerza y la mentira del mandón, igual que ahora, nos hemos mantenido firmes en construir algo nuevo.
Hemos tenido fallas y errores, es cierto.
Seguramente haremos más en nuestro largo camino.
Pero nunca nos hemos rendido.
Nunca nos hemos vendido.
Nunca hemos claudicado.
Buscamos todos los caminos posibles para que fueran la palabra, el diálogo y el acuerdo, los caminos para construir la paz con justicia y dignidad.
Pero antes, como ahora, el mandón hizo oído sordo y se escondió detrás de la mentira.
Como el mandón de ahora, fue, y es, el desprecio el arma que acompaña a sus militares, policías, guardias nacionales, paramilitares y programas contra insurgentes.
Todos los mandones que han pasado, y los que están ahora, han hecho lo mismo.
O sea que han tratado y tratan de destruirnos.
Y todos los años todos los mandones se consuelan y engañan de que ya nos acabaron.
Se dicen que ya no hay zapatistas.
Que quedamos muy pocos en resistencia y rebeldía.
Que tal vez ya sólo uno se mantiene de zapatista.
Y celebran cada año su triunfo.
Y cada año se felicitan los mandones diciendo que ya acabaron con las rebeliones indígenas.
Que ya estamos derrotados, dicen.
Pero cada año nosotras, nosotros, nosotroas, zapatistas nos mostramos y gritamos:
¡Aquí estamos!
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Y cada vez somos más.
Como podrá mirar cualquier persona que tenga un corazón honesto, tenemos un proyecto de vida.
En nuestras comunidades florecen escuelas y clínicas de salud.
Y se trabaja la tierra en colectivo.
Y en colectivo nos apoyamos.
Somos pues comunidad.
Comunidad de comunidades.
Las mujeres zapatistas tienen su propia voz, su propio camino.
Y su destino no es el de la muerte violenta, la desaparición, la humillación.
La niñez y la juventud zapatista tienen salud, educación y diferentes opciones de aprendizaje y diversión.
Mantenemos y defendemos nuestra lengua, nuestra cultura, nuestro modo.
Y seguimos firmes en el cumplimiento de nuestro deber como pueblos guardianes de la madre tierra.
Todo esto ha sido gracias al esfuerzo, sacrificio y dedicación de los pueblos organizados.
Y todo esto también ha sido gracias al apoyo de individuos, grupos, colectivos y organizaciones de todo el mundo.
Con ellos, ellas, elloas, tenemos el compromiso de construir vida con su apoyo.
Así que podemos decir sin pena que nuestros avances, nuestros logros, nuestros triunfos se deben a su apoyo y ayuda.
Los errores, atorones y fallas son sólo responsabilidad nuestra.
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Pero así como ha avanzado y crecido nuestra vida, también ha crecido la fuerza de la bestia que todo lo quiere comer y destruir.
También ha crecido la maquina de muerte y destrucción que se llama sistema capitalista.
Y el hambre de la bestia no tiene llenadero.
Está dispuesta a todo por sus ganancias.
No le importa destruir la naturaleza, pueblos enteros, culturas milenarias, civilizaciones completas.
Incluso el planeta entero se destruye por los ataques de la bestia.
Pero la hidra capitalista, la bestia destructora, busca otros nombres para esconderse y atacar y vencer a la humanidad.
Y uno de esos nombres detrás de los que se esconde la muerte es “megaproyecto”.
“Megaproyecto” quiere decir destruir todo un territorio.
todo.
El aire, el agua, la tierra, las personas.
Con el megaproyecto la bestia se zampa de un bocado pueblos enteros, montañas y valles, ríos y lagunas, hombres, mujeres, otroas, niños y niñas.
Y ya que acabó de destruir, la bestia se va a otro lado y hace lo mismo.
Y la bestia que se esconde detrás de los megaproyectos tiene su maña, su mentira, su trampa para convencer.
Dice la bestia que es por el progreso.
Dice que, gracias a esos megaproyectos, los pueblos van a tener paga y muchas ventajas de la modernidad.
Y con esto del progreso y la modernidad queremos recordar aquí a un compañero del congreso nacional indígena que fue asesinado este año: el hermano y compañero samir flores soberanes.
Y lo recordamos porque él se preguntaba y preguntaba que para quién es ese progreso del que tanto hablan.
O sea que el hermano samir preguntaba para dónde va ese camino que llaman “progreso”, que ese nombre lleva como letrero la bestia de los megaproyectos.
Y se respondió que ese camino lleva a la destrucción de la naturaleza y a la muerte de las comunidades originarias.
Y entonces lo dijo claro que no está de acuerdo, y se organizó con sus compañeras y compañeros, y se resistió, y no tuvo miedo.
Y por esa razón es que el mandón que está ahora lo mandó matar.
Lo asesinó el mal gobierno porque su trabajo de capataz que tiene el mal gobierno es cuidar que la bestia, el mandón, tenga su ganancia.
Miren y escuchen que el primero que saluda los megaproyectos y dice que son buenos, es el gran capital, el gran patrón.
Y se pone contento su corazón del gran capitalista porque con los megaproyectos va a tener muchas ganancias.
Pero ni el capataz ni el mandón lo dicen claro que esos megaproyectos van a sembrar la muerte por donde caminan.
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Hace unos días, nuestras compañeras zapatistas hicieron un encuentro internacional de mujeres que luchan.
Ellas nos cuentan, nos platican, nos enseñan, nos educan con lo que miraron y escucharon en ese encuentro.
Y lo que nos enseñan es como un infierno para las mujeres y la niñez.
Nos cuentan de asesinatos, desapariciones, violaciones, desprecios y violencia diabólica.
Y todo ese horror pasa en el progreso y lo que llaman civilización moderna.
Y también hace unos días estuvimos con los pueblos compañeros del congreso nacional indígena-concejo indígena de gobierno.
Y también estuvimos en el foro en defensa del territorio y la madre tierra.
Y en esos encuentros escuchamos con preocupación lo que relatan.
Y nos hablan de poblados desiertos, con su gente expulsada.
De matazones de los delincuentes, a veces ilegales y a veces legales. o sea que no pocas veces son los mismos gobiernos que así hacen esas barbaridades.
De niñas y niños abusados y vendidos como animales.
De jóvenes y jóvenas con la vida destruida por las drogas, la delincuencia y la prostitución.
De comercios extorsionados, a veces por ladrones y a veces por funcionarios.
De manantiales contaminados.
De lagos y lagunas secas.
De ríos que arrastran basura.
De montañas destruidas por la minería.
De bosques talados.
De especies animales extinguidas.
De lenguas y culturas asesinadas.
De campesinas y campesinos que antes trabajaban sus propias tierras, y ahora son peones que trabajan para un patrón.
Y de la madre tierra muriendo.
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Entonces pues como zapatistas que somos decimos claro que sólo quien es un imbécil puede decir que son buenos los megaproyectos.
Un imbécil o un malvado y mañoso que sabe que miente y no le importa que su palabra esconda muerte y destrucción.
Entonces el gobierno, y todos sus defensores que tiene, deberían decir claro qué son: si son imbéciles o si son mentirosos.
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Hace un año, en diciembre del 2018, el capataz que ahora manda en la finca que se llama “méxico”, hizo una simulación de que le pidió permiso a la madre tierra para destruirla.
Entonces se consiguió unas cuantas personas disfrazadas de indígenas y pusieron en la tierra un pollo, trago y tortillas.
Así cree el capataz que la madre tierra le da permiso para matarla y hacer un tren que debería llamarse como su familia del capataz.
Hace así porque desprecia a los pueblos originarios y porque desprecia a la madre tierra.
Y además el capataz no se quedó ahí, también retó a todos los pueblos originarios y dijo que no le importa lo que pensamos y sentimos, que “les guste o no les guste” a los indígenas, él va hacer lo que le ordenó su patrón, o sea el mandón, o sea el gran capital.
Igualito que los capataces que había cuando porfirio díaz.
Y así dijo, y así dice, porque hace pocas semanas hizo otra simulación de una supuesta consulta donde sólo informó que hay muchas cosas buenas de los megaproyectos, pero no dijo de todas las desgracias que traen esos megaproyectos para la gente y para la naturaleza.
Y como quiera sólo unas pocas personas participaron de esa consulta diciendo que sí quieren los megaproyectos.
Si así hace que desprecia el pensamiento y el sentimiento de la gente, pues igual va a hacer de despreciar a la naturaleza y a los poblados.
Y hace así porque a su patrón no le importan ni la gente ni la naturaleza, sólo le importan sus ganancias.
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“Les guste o no les guste”, así dice el gobierno.
Eso quiere decir “así sea con ustedes vivos o muertos, pero lo vamos a hacer”.
Y nosotros los pueblos zapatistas lo tomamos como que está retando, como que está diciendo que él tiene la fuerza y el dinero y a ver quién se opone a su mandato.
Está diciendo que se va a hacer lo que él diga, no lo que digan los pueblos y que no le importan las razones.
Entonces nosotros los pueblos zapatistas lo tomamos la parte que nos toca de ese reto.
Y lo sabemos que el actual capataz de los poderosos nos está haciendo unas preguntas.
O sea que nos está preguntando esto:
“¿Están dispuestos los pueblos zapatistas a perder todo lo que han avanzado con su autonomía?”
“¿Están dispuestos los pueblos zapatistas a sufrir desapariciones, encarcelamientos, asesinatos, calumnias y mentiras por defender la tierra que guardan y cuidan, la tierra donde nacen, crían, crecen, viven y mueren?”
Y con estas preguntas, el capataz y sus guardias nos ponen frente a la opción de “vivos o muertos, pero se tiene que obedecer”.
O sea que nos pregunta si estamos dispuestos a morir como alternativa de sociedad, como organización, como pueblos originarios de raíz maya, como guardianes y guardianas de la madre tierra, como individuos e individuas zapatistas.
Entonces nosotros los pueblos zapatistas seguimos nuestro modo y nuestro calendario.
En nuestras montañas hicimos la ofrenda a la madre tierra.
En lugar de trago, le dimos de beber la sangre de nuestros caídos en la lucha.
En lugar de pollo le ofrecimos nuestra carne.
En lugar de tortillas, le ofrendamos nuestros huesos, porque somos de maíz.
Y la hicimos esa ofrenda no para pedirle permiso a la tierra de destruirla, o de venderla, o de traicionarla.
La hicimos la ofrenda sólo para avisarle a la madre tierra que la defenderemos.
La defenderemos hasta morir si es preciso.
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Y entonces hicimos la cuenta de cuántas personas se necesitan para defender la tierra.
Y salió que basta con una persona zapatista.
Basta con una mujer zapatista, o un hombre zapatista, o unoa zapatista, aunque sea de edad, o de joven, o de niñez.
Basta con que una persona zapatista se trinque en defender la tierra para que así ella, nuestra madre, lo sepa bien que no quedó sola y abandonada.
Basta con una persona que se trinque en resistencia y rebeldía.
Entonces fuimos a buscar en el corazón colectivo que somos.
Sólo buscamos a una persona que sea zapatista y esté dispuesta a todo.
A todo.
Y encontramos no una, ni dos, ni cien, ni mil, ni diez mil, ni cien mil.
Encontramos a todo lo que se llama ejército zapatista de liberación nacional, dispuesto a todo para defender la tierra.
Entonces pues ya lo tenemos la respuesta a la pregunta que nos hace el capataz.
Y la respuesta es:
“Sí, estamos dispuestos a desaparecer como propuesta de un nuevo mundo”.
“Sí, estamos dispuestos a ser destruidos como organización”.
“Sí, estamos dispuestos a ser aniquilados como pueblos originarios de raíz maya”.
“Sí, estamos dispuestos a morir como guardianes y guardianas de la tierra”.
“Sí, estamos dispuestos a ser golpeados, encarcelados, desaparecidos, asesinados como individuos e individuas zapatistas”.
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Así que ya la tiene su respuesta el capataz.
Pero como es nuestro modo como zapatistas que somos, nuestra respuesta tiene también una pregunta que le hacemos a los capataces:
“¿Están dispuestos los malos gobiernos a tratar de destruirnos al costo que sea, a golpearnos, encarcelarnos, desaparecernos y asesinarnos?”
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Hermanas, hermanos y hermanoas:
Compañeros, compañeras y compañeroas:
A esto les llamamos:
A que como congreso nacional indígena-concejo indígena de gobierno…
A que como individuos, grupos, colectivos y organizaciones de la sexta nacional e internacional…
A que como redes de resistencia y rebeldía…
A que como seres humanos…
Se pregunten a qué están dispuestos, dispuestas, y dispuestoas para detener la guerra que hay contra la humanidad, cada quien en su geografía, su calendario y con sus modos.
Y a que, cuando tengan su respuesta según su pensamiento, se la hagan saber a los patrones y capataces.
Todos los días y en todos los rincones, la bestia le pregunta a la humanidad lo mismo.
Sólo falta la respuesta.
Es todo.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
A nombre de las mujeres, hombres y otroas zapatistas.
Subcomandante Insurgente Moisés.
México, 31 de diciembre del 2019 – 1° de enero del 2020.
Fuente: Desinformémonos